En nuestro Encuentro con Cristo, los estudiantes vivieron una experiencia llena de reflexión, fe y amistad.
Un espacio para detenerse, mirar hacia adentro y descubrir a Dios en los pequeños detalles de la vida. Fueron momentos de oración, alegría y unión que fortalecieron los lazos que nos hacen familia Agustiniana.
Porque cuando nos encontramos con Cristo, nuestro corazón se renueva y aprendemos a ver la vida con esperanza y amor.







